viernes, 25 de noviembre de 2011

El cuento: origen y desarrollo (100) por Roberto Brey


Azorín.

100



Los escritores de la Generación del 98

José Martínez Ruiz (Azorín) (1873-1967).

Considerado el escritor español más completo de la primera mitad del siglo XX, por Fermín Estrella Gutiérrez, era realmente el mayor estudioso de la literatura, tanto española como extranjera, y produce ensayos, obras críticas, novelas, teatro y cuentos.

A él se le debe en gran parte la idea de que la “Generación del 98” y las anteriores, permitieron profundizar en los grandes problemas de España. Y cuando menciona esos problemas como el objeto de crítica de la Generación del 98, denuncia: “…las prácticas viciosas de nuestra política, las corruptelas administrativas, la incompetencia, el chanchullo, el nepotismo, el caciquismo (…) la trapacería parlamentaria (…) todo el denso e irrompible ambiente, en fin, contra el cual ha protestado la generación de 1898, pero cuya protesta ha sido preparada, elaborada, hecha inevitable por la crítica de la generación anterior”.

Gran parte de la obra de este abogado que fue periodista durante toda su vida (también escribió largamente en La Prensa de Buenos Aires), estuvo dedicada a retratar a la gente y la vida de Castilla. Sus novelas, descriptivas y filosóficas por sobre todo, dejaron paso a su obra ensayística, donde puso de relieve un estilo que fue imitación obligada para los escritores noveles e inspiración para los numerosos escritores que lo sucedieron.

“Aquella brevedad, aquella sencillez y tersura, aquella precisión lexicográfica sugestionaba a todo el mundo. Pero nada más difícil que lo fácil de un estilo. Y el de Azorín es sencillamente inimitable, fruto de su espíritu original, de su visión segura, rápida, de la percepción matemática de su retina, de su profundo conocimiento del idioma y de su rara habilidad para emplearlo…”, escribe Francisco Grandmontagne (1866-1936) en carta a Ramón Gómez de la Serna (1988-1963 Generación del 14).

Para el crítico Eduardo Romano, algunas novelas de Azorín son: “recuadros de las ciudades, rápidas incursiones metropolitanas o visitas a los aislados labrantíos castellanos (…) narrativa artepurista, desprovista casi de anécdota.” Y lo califica como: “Maestro del estilo, comunica permanentemente las refinadas subjetivaciones a que somete el contorno mediante una hábil composición lingüística del párrafo: encadenamientos, yuxtaposiciones, paralelismos y reiteraciones de palabras o frases; prosopopeya e hipérbaton, etc.”

Un fragmento de la novela de Azorín “Antonio Azorín” (1903) donde parece tomarse a él mismo como personaje, puede leerse en: http://www.sprensalibre.com.ar/index.php?id=3241



Vicente Blasco Ibáñez (1867-1927)


Blazco Ibáñez.

En su trayectoria se reconocen dos épocas: la de la juventud, con la realidad de la tierra valenciana, es su período más fuerte, con sus mejores novelas. Luego, ya escritor exitoso, con sus argumentos trasladados al cine, se convierte en un escritor folletinesco. Así se ve disminuido su poder de observación y su capacidad para expresar la realidad. Sus primeras novelas con influencia de Zola son: Arroz y Tartana (1894) (la vida de la clase media valenciana), Flor de Mayo (1895) (de la costa valenciana), La barraca (1898) (la huerta valenciana) Entre naranjos (1900), Cañas y barro (1902). También publicó varias colecciones de cuentos con color local y con influencia de Mauppassant. Cuentos valencianos (1896), Cuentos grises (1899)
Dimoni de Blasco Ibáñez puede leerse en: http://es.wikisource.org/wiki/Dimoni


La apuesta del esparrelló: http://es.wikisource.org/wiki/La_apuesta_del_esparrell%C3%B3

La caperuza: http://es.wikisource.org/wiki/La_caperuza

La condenada: http://es.wikisource.org/w/index.php?title=La_condenada





Ramón del Valle Inclán (1866-1936)

Nacido en Pontevedra, hondas huellas le dejó un viaje a México en su juventud. Radicado en Madrid a los 25 años (ya abogado), se dedicó al periodismo y publicó celebrados cuentos. Para el Centenario (1910) visitó a la Argentina en su segundo viaje a América.


Sus novelas se distinguieron por su poesía y su elogiado estilo, muchas de ellas inspiradas en la España de la segunda mitad del siglo XIX. Sus cuentos, de estilo similar al de sus novelas, se agrupan en Femeninas (1894), Corte de amor (1903), Jardín novelesco (1905), entre otros. En teatro creó el género de los esperpentos, donde se mezcla lo grotesco, con lo trágico y lo espeluznante.

Del Valle Inclán.


Su vida estuvo signada por la extravagancia y lo aventurero y fue un personaje famoso del Madrid intelectual y un intransigente luchador contra la monarquía.

Busca siempre la emoción estética, la sensación exquisita, que nos trasmite de modo sutil… Su prosa rítmica, sonora, es acabado modelo de la prosa cincelada y artística”, dice de él el filólogo e historiador Miguel Romera Navarro (1888-1954).
La novela “Tirano Banderas” (1926) de Valle-Inclán, según el literato español Darío Villanueva, considerada “acaso la más innovadora de cuantas se hayan escrito en nuestra lengua a lo largo del primer tercio del siglo XX”, modelo de las «novela de dictador» posteriores, como “El Señor Presidente” de Miguel Ángel Asturias, “Yo, el Supremo” de Augusto Roa Bastos, o “El otoño del patriarca” de Gabriel García Márquez, se puede leer en:

http://es.wikisource.org/wiki/Tirano_Banderas_(1926)



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